Te vamos a contar un secreto: hay vida más allá del lacón con grelos. Y más aún. Hay platos de lacón que se preparan en frío y sin necesidad de horno, sartén o cazuela. ¡Sorpresa!
Para esos días más calurosos o en los que no te apetece complicarte la vida en los fogones, nada mejor que una saludable y fresca receta de ensalada de lacón curado cocido con higos y queso.
Para una cena rápida o como entrante para un menú especial, nuestra propuesta más fresca del año es una combinación de sabores de la tierra que te encantará.
¿Qué necesitas?
1 lacón curado cocido de Embutidos Lalinense
1 paquete de rúcula y canónigos
Queso en tacos
1 puñado de higos o brevas
Vayamos por partes…
Sorprendentemente, el lacón no es uno de los habituales en las recetas de ensaladas, lo que nos parece francamente injusto. Si el jamón es uno de los grandes protagonistas en este tipo de preparaciones, ¿por qué no un entrante con uno de nuestros lacones?
Apúntate a la versión más gallega de la típica ensalada dulce y salada preparando nuestra mezcla de rúcula y canónigos con lacón, higos y queso.
- Haz una base con la rúcula y los canónigos en una fuente o un plato hondo.
- Corta el lacón curado cocido en lascas finas para disfrutar mejor de su sabor e incorpóralas a la mezcla de verduras.
- Añade queso cortado en tacos.
- Decora la ensalada con higos o brevas cortados al gusto. No es un adorno, los vas a comer, así que haz trozos que puedas meter cómodamente en la boca además de piezas más grandes para un efecto visual más bonito.
- Aliña al gusto. (Prueba con una crema de vinagre balsámico de frutos rojos, aceite aromatizado con romero y sal en escamas, le dará un toque chic maravilloso a tu ensalada).
El truco del almendruco:
Hay muchísimas opciones para preparar ensaladas deliciosas y no todas incorporan hortalizas como la lechuga, la rúcula o los canónigos.
Si has elegido disfrutar de una cena saludable con nuestra receta de ensalada de lacón cocido con higos y queso te recomendamos decantarte por la rúcula o los canónigos. O ambos.
Aunque cada persona es un mundo, la lechuga tiende a ralentizar la digestión y resultar un poco pesada para los menús de la cena, a diferencia de los otros dos. Además, el tándem entre la suavidad del canónigo y el sabor intenso de la rúcula aportarán un equilibrado maridaje que potenciará el sabor de una ensalada deliciosa.